06 enero 2009

6/1 Uyuni: Belleza convertida en sal.

6/1 Uyuni (BO) y a la noche bus a La Paz (BO)

La excursión comenzaba a la 10 AM, pero como ya les había explicado acerca de los tiempos bolivianos, se imaginarán que salimos mucho después. José era el coordinador del grupo de las 18 personas y tuvimos la dicha de conocer a Gavino (que se le dedicará una publicación especial para el) : un tipo muy humilde y querible que nos conduciría hasta el Salar. Aparte de nosotros 5 viajaban dos cordobeses. Estaba fresco y a medida que entrábamos al salar, se hacía más frío.

La primera parada se hizo en el último pueblo antes de entrar al salar, Colchani. No fué muy interesante. Hay varios puestos de artesanías, un museo y pará de contar. Al son de la cumbia boliviana seguimos marcha. Las letras de las canciones son... jajaja, muy simpáticas. A un par de kilómetros más atrás, paramos en el cementerio de trenes. José hizo algunas explicaciones acerca de la actividad económica de la zona y la gente de Uyuni. Paramos 15 minutos para sacarnos fotos y enfilamos hacia la última parada que sería el Hotel de Sal. Había bastante agua en el salar porque había llovido durante 6 días atrás. Comenzaron los primeros diálogos con Gavino, y encontramos en el a un tipo muy interesante pese a que apenas entendía castellano.

Una cosa es verlo por fotos, otra es verlo en vivo y directo. El salar es inmensamente precioso. Nunca vi cosa igual. El reflejo del cielo sobre el agua. El horizonte que casi no se distingue del cielo. La blancura. Los sufridos trabajadores de la sal con sus vetustas camionetas en contraposición con las 4x4 que avanzaban lentamente hacia el hotel de sal. Todavía me acuerdo del ruido del agua cuando nuestra camioneta pasaba lentamente. Llegamos al mediodia al hotel, y dos de los chicos subieron a la parrilla de la camioneta para admirar mejor el panorama.

Las camionetas pararon alrededor del hotel. Según José, este hotel dejó de funcionar por movimientos "indecentes" (que más adelante voy a ampliar) para convertirse en museo. El interior es bastante interesante: se pueden encontrar algunas figuras de sal, el infaltable baño público donde por supuesto hay que pagar. En este caso Bs5. Según Mariano, le salió cara la meada jajajaja. Una recepción con la foto de Evo (en la foto del interior del hotel de sal parecemos 5 terroristas etarras jajaja) algunas habitaciones, un bar y algunas artesanía que nunca faltan.

Paramos para almorzar carne de llama con arroz pepino, tomate y un condimento a elegir. Al rato Lucas se puso a jugar un picadito de futbol con algunos chicos. Corrió dos pasos y casi se muere por falta de oxígeno. Se recomienda llevar anteojos de sol. Compramos en Villazón y al ponernoslo, nos dolía la cabeza. Truchísimos. Hay que ir también con algo abrigado, y ojotas.

Supuestamente la excursión era de 10 a 15. Salimos casi a las 11 y volvimos a las 17. A las 20 teníamos que tomarnos el próximo bus a La Paz. 12 horas de posible sufrimiento que todo viajero extranjero padece al recorrer Bolivia. Según el mapa la mitad del tramo, es decir de Uyuni a Oruro, sería ripio, o sea, de dormir, olvidáte.

Uyuni a La Paz: lluvia de hojas de coca y agua

Repentinamente en medio de la noche, por el zarandeo empezaron a caer hojas de coca en cuantía. Al mismo tiempo empezamos a sentir como una pequeña llovizna. No sería de extrañar que el techo del micro estaría roto y justo empezara a llover. Bueno, eso no sucedió. Resulta que las dos botellas de agua que subimos al micro, por la presión del aire y el zarandeo empezaron a romperse.
En la madrugada el micro paró varias veces. Era gracioso porque ya estaba sabido que los micros funcionan mal. Nadie entendía nada. Empezaron a sentirse sonidos metálicos de herramientas. La cafetera finalmente llegó a La Paz a la mañana.

La próxima... La Paz.

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